sábado, 16 de mayo de 2015

Me he ido y, ¿qué estás esperando?



Me voy,
con las alas rotas,
con las lágrimas entre los labios,
cansada, con las ilusiones desechas
y con más sal que dulce en la lengua.

Me voy,
con la esperanza a rastro,
con las ganas agotadas de esperar tanto,
enardecida y con la sonrisa invertida;
perdida.

Me quedé mucho,
esperando un cambio,
un buen trato,
un halago
pero, recibí todo lo contrario.

Luchaba,
ciega de sueños,
con los ojos abiertos
y cerrados al mismo tiempo,
por una historia que fue puro cuento.

Te di tanto,
sonrisas y besos,
poemas y cantos,
letras y orgasmos
y me quedé esperando en celibato.

Cerré puertas,
corté amistades,
bajé el telón para representarte el amor
y al final,
al actor, el público fue lo único que le importó.

Me fui yendo,
entre tus propios brazos
cuando no quisiste
cortar la espinas que te protegen 
rasgando y espinando.

Me he ido
y me despido,
con la tristeza en alto,
con espinas hasta en los párpados
pero, sin remordimiento
aunque, con desencanto.

Me he ido
y, ¿qué estás esperando?
ven a darme un beso
que me deje un rastro
por si cambias, vuelvo;
no demores tanto.

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