sábado, 20 de junio de 2015

Mi Calma

De la inesperada calma
del sonido de tu risa
se levanta, aireada y triunfante,
la libertad de un sentimiento
que inspira un suspiro
y que destella luz en la mirada.

De la maravillosa calma
del sonido de tu voz
se crece, sublime e inocente,
la ilusión de una historia
que relata sonrisas
y que trae amaneceres cargados de caricias.

De la sintónica calma
de nuestra combinación
se realza, expectante y ansiosa,
la certeza de una tormenta
que con abrazos se supera
y que nos dejará en una playa marcando huella.

Y de la inexplicable calma
de tu sincera presencia
se confiesa, tímida y emocionada,
la excitación de una persona
que, con paciencia, se desnuda
y que te cuenta sus secretos mientras te abre sus puertas.

martes, 16 de junio de 2015

El Hastío



La locura nos inundaba,
no pasaba un segundo sin sentir
esa inmensa necesidad
de sabernos, de encontrarnos,
de besarnos y desearnos,
de llenarnos de detalles.

El sentimiento tomó riendas,
enredábamos nuestros cuerpos al dormir,
nos contamos nuestros secretos,
nuestros miedos, nuestras metas
y juntamos nuestros sueños
para hacerlos realidad en nuestro tiempo.

El tiempo no nos alcanzaba,
para desnudarnos por completo,
una vez que habíamos terminado,
queríamos empezar de nuevo.
Creímos en una pasión sin final,
como si fuésemos inmunes a la realidad.

Sin embargo, el amor fue pasando,
la rutina llegando,
los cuerpos se fueron alejando,
y el sexo no se calentaba en nuestras manos.
Yo, soñadora ilusa de nuestro amor;
tú, en la “realidad” que nos alejó.

El cansancio sembró su presencia,
el hastío mostraba su indiferencia.
Se acabaron las interminables pláticas,
se separaban los sueños por sus sendas.
Mientras uno sufría a ciegas,
el otro planificaba el final de la miseria.

En búsqueda de la comprensión,
se entendió el cansancio, el hastío,
la indiferencia y los tratos con histeria.
Se empezaron a borrar nuestras huellas,
las excusas hicieron mella
y los ojos se fijaron en nuevas bellezas.

Renunciamos a nuestros sueños,
escribimos unos nuevos,
buscamos otros senderos
lejos de nuestros infiernos.
Conocimos nueva gente
de miradas diferentes.

Tal vez, si alguno comprueba
que lo nuestro fue mejor,
que los sueños eran más cálidos,
mientras los soñábamos en nuestros brazos
y los días tenían más color,
sentirá un pinchazo de dolor.

Pues, luchar no fue una opción,
lo fue la separación.
Cuando el hastío gobernó y tú hiciste la maleta,
lo comprendí yo.
Ahora, comprende tú, que al cerrar la puerta
no volveré a abrirla, aunque llames a ella.

martes, 2 de junio de 2015

Medianoche de amor



Allí estás.
Bajo luces brillantes que exageran tu belleza.
Se acerca la medianoche
Y yo me pierdo por unos instantes contemplándote.

Sonríes.
Bebes de tu trago como si me estuvieras besando.
Aumenta la temperatura de la noche
Y mi ropa se cae nada más con ver tu traje.

Miras a tu alrededor.
La música se escucha mejor cuando mueves tu cuerpo.
Reflejas pasión en la mirada
Y yo me descubro perdida en tu sensual sonrisa.

Te mueves.
Unas pocas ráfagas de viento arrastran tu perfume.
Se estremecen los sentidos con tu olor
Y yo visualizo detalladamente tu desnudez entre mis brazos.

Una posibilidad.
Fijas tu atención en la mía.
Las emociones palpitan.
Y yo me acerco, con la mente en blanco, movida por mi cuerpo.

Se acalambra la esperanza.
Las curvas de tu cuerpo me conducen.
El sudor traspasa la piel.
Y yo me dejo arrastrar sin objeción alguna hasta tu cama.

Aquí estás.
Las mañanas realzan tu belleza.
Tu sonrisa brilla más que las luces de la fiesta.
Y yo te preparo un café y te invito a quedarte en mi vida.

Nos comenzamos.
Un círculo de vida perfecto.
En el que perderse vale el intento.
Y tú, y yo, rememoramos en actos el amor, sin ningún esfuerzo.

Yo



Sigo siendo esa romántica empedernida
que te escribe una carta al día,
que sonríe cuando ve tus sonrisas
y que enjuga sus lágrimas de tristeza cuando eres ausencia.

Sigo siendo esa cuerda demente
que se desnuda al verte,
que con tus besos se humedece
y que sueña con tenerte en sus brazos permanentemente.

Sigo siendo esa soñadora inmersa
que te dedica más de un poema
que baila contigo a riendas sueltas
y que se niega a olvidarte aunque desaparezcas.

Sigo siendo la que te vio por primera vez
que se perdió en tu boca,
que se guardó en tus caricias
y que lucha con tu manía de irte de su vida.

Sigo siendo la que te ama todos los días
que se resiste a darse por vencida,
que se ilusiona constantemente
y que espera con impaciencia a que elijas el camino de vuelta a ella.