De
la inesperada calma
del
sonido de tu risa
se
levanta, aireada y triunfante,
la
libertad de un sentimiento
que
inspira un suspiro
y
que destella luz en la mirada.De la maravillosa calma
del sonido de tu voz
se crece, sublime e inocente,
la ilusión de una historia
que relata sonrisas
y que trae amaneceres cargados de caricias.
De la sintónica calma
de nuestra combinación
se realza, expectante y ansiosa,
la certeza de una tormenta
que con abrazos se supera
y que nos dejará en una playa marcando huella.
Y de la inexplicable calma
de tu sincera presencia
se confiesa, tímida y emocionada,
la excitación de una persona
que, con paciencia, se desnuda
y que te cuenta sus secretos mientras te abre sus puertas.
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