De
angustias y dolores
una
vez,
se
basó una vida
que
entre amor y sonrisas
arrastraba
agonía.
La
ceguera abundaba
y,
entre ella,
un
par de sonrisas
que
disimulaban
otro
par de lágrimas.
Trémulas
ilusiones
afloraron
el desasosiego;
más
otoño en primavera
e
hipotermia sin invierno.
Historia
sin fin
de
emociones suscitadas,
alegrías
escabulladas
y
en dolores abrazada.
A
lo largo de éste tramo,
la
memoria es un mal trago;
el
recuerdo, desconsolado,
muere
siendo olvidado.
Se
asemejan
los
días y las noches,
sin
sueños y sin escotes.
Soledad,
sola en la cama,
es
todo el panorama.
No
termina,
querido
dolor,
ésta
melodía sin pasión.
Esperemos,
pues,
que
llegue a la imaginación
otro
amor con más color.
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