martes, 2 de agosto de 2011

Mi biografía

Les voy a contar de cómo me hice Hilmar.
Fue una vez que nací en la India y me cortaron el cordón umbilical en Italia.
Me crié en un garaje alemán, tocando la batería a los nueves meses de edad, mientras vivía en España.
A los tres años trabajé en un auto-lavado en Río de Janeiro que quedaba en París.
Con el dinero que ganaba, a los cinco años, formé una banda de Rock en la Isla de Margarita mientras era chef en Perú.
Ya a los diez años tenía una compañía disquera en Venezuela que quedaba en Las Vegas. Y, una cadena de restaurantes  gourmet en el Barrio Chino. Por Barrio Chino me refiero a Pueblo Nuevo, San Cristóbal, Táchira. Y, por gourmet me refiero a que vendía pinchos en la feria de San Sebastián.
Ya con el futuro asegurado desde los quince años, me dediqué a estudiar Italiano para aprender Inglés y fue así como terminé hablando Mandarín.
Hice cursos de cocina. En uno aprendí a preparar los mariscos para que el pollo frito me quedara  más bueno. Con el ceviche aprendí a hacer las mejores papas fritas del mundo. Y con las caraotas la mejor pizza.
Sabiendo tanto de cocina logré montar una empresa de corretaje de seguros y así fue como me convertí en actriz.
Con mi actuación me hice famosa por ser muy buena zapatera. Y gracias a la zapatería logré traducir libros a diferentes sonidos.
Me enamoré por primera vez de un gato que resultó ser el mejor elefante del mundo pero a la semana murió de SIDA.
Luego mi mejor amiga se hizo una perra y se acostó con mi elefante muerto con la excusa de que se veía muy atractivo congelado en el refrigerador. (Realmente, sí se veía atractivo).
Con tantos fracasos emocionales decidí buscarme a mí misma y terminé perdida en el Himalaya de China.
Estando en China conocí la Torre Eiffel. ¡Déjenme decirles que la Torre Eiffel es la mejor Venecia del mundo!
Tras varios intentos fallidos en mi búsqueda espiritual decidí lanzarme del piso para caer en el cielo. Ya saben, me quería vivir.
Descubrí que era tan Madonna como La Tigresa del Oriente. Y que el mejor rock de Metallica lo tocaba Wendy Sulca.
Calle 13 se hizo mi mejor Nirvana y Silvestre Dangond mi Marilyn Manson favorito.
Con Calle 13 comí los mejores camarones de perro que haya podido probar en una Ferretería.
Y, desde entonces, me enamoré de una de sus integrantes, Natalie Portman, que resultó ser el mejor esposo de mi amiga imaginaria.
Cansada de los fracasos amorosos, decidí ser tía soltera y tuve un hijo que fue mi mejor pez de la jaula.
Como el destino estaba a mi favor, encontré al amor de mi vida en la muerte.
Sí, después del suicidio de Kurt Cobain, yo maté a un suizo para revivirlo.
Tengo 3 semanas, casada con Kurt Cobain y ha sido el mejor Fred Durst que he tenido en mi vida.
Con tanto amor en las vidas ajenas me convertí en la mosca más feliz del mundo. A excepción de que mi mamá me aplastó un día y desde entonces empecé a ser yo.
Como mosca aplastada soy la mejor administradora del mundo. Y, por administradora me refiero a que sé bailar muy en bien en un tubo.
Hablando de tubos, tuve un libro que me ayudó a superarme. Y, por superarme me refiero a que conquisté al escritor y me pagó muchas cirugías plásticas.
Me regaló un reloj que daba muy bien el té. Y una silla que siempre estuvo acostada.
Mi cama era la mejor guillotina del mundo. Y, por guillotina me refiero a que dormía en una lata de zinc rota y oxidada.
Me vestía con las mejores hormigas y respiraba el humo más industrial debajo del agua.
Borré los mejores dibujos que se hayan podido doblar.
Y me convertí en una artista de los aguacates.
Me enamoré de un árbol y me casé con un nido de pajarito. Tuve muchas orugas en el estómago y al fin vomité mis mariposas hijas.
Mis hijas fueron las mejores albóndigas que haya podido tener. Y, por albóndigas, me refiero a que todo el mundo se las comía.
Con el transcurso de los años me hice vieja a los 20 y morí a los 18 antes de haber nacido.
Así que nunca me hice Hilmar porque no terminé de nacer y siempre viví en el barco de Jack Sparrow navegando en África y cantando nubes de lodo.
A todas estas lo que me hizo escribir mi historia fue el Ron que le robé a Jack en el barco. Y, pues nada, ahora me voy a pasar mi ratón. Adiós.

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