martes, 28 de febrero de 2012

Bajo Cero.

Unos ojos tan oscuros y fríos como un lago hecho hielo en un invierno implacable.
Una mirada que parecía agrietarse con lo duro de su expresión.
Tan lejos. Pero, tan cerca, que me congelaba el cuerpo.

Unos labios blancos como nieve. Duros, que queman.
Una boca tan fría que duerme mis sentidos cuando me besa.
Un gélido aliento que me eriza los vellos y me penetra el cuerpo.

Unos brazos como hielo que cortan la piel.
Con abrazos que causan hipotermia profunda, al borde de una muerte cerebral.
Me congela la sangre. Me provoca amnesia, irracionalidad.

Unas caricias que desaceleran el pensamiento. Duelen e inmovilizan.
Unos besos que aceleran el ritmo cardíaco dejando los labios de color azulado.
Como si cayera  en un mar de hielo: Tiemblo; tras un orgasmo bajo cero.

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